Vendo mi piso, me mudo, me voy de alquiler. Cierro el pasado y empiezo una vida nueva.
Se acabó todo esto, ahora empiezo a ser yo la protagonista, se acabó sentirme menos, dejar que me pisen, llorar, estar sola. No voy a seguir escondida en lo que fue mi refugio y mi perdición.
Nunca mas voy a permitir que nadie me diga que no soy suficiente, que no le valgo como soy, que tengo que cambiar... Nunca mas voy a permitir que nadie me grite, ni me humille, ni me diga lo que puedo o debo hacer... Nunca mas voy a permitir que nadie me mire por encima del hombro, que me juzgue, que me condene y que me castigue... Nunca mas voy a permitir que nadie me haga sentir que está mal ser como soy... Nunca mas voy a dar algo a quien no sepa apreciarlo, ni bombones, osos o flores y mucho menos mi alma al desnudo... Nunca mas voy a esperar en balde... Nunca mas voy a confiar en nadie que no merezca mi confianza, que no me la demuestre, que tenga dudas, que me mire llorar y deshacerme sin conmoverse... Nunca mas voy a estar en un segundo plano, ni me voy a conformar con las migajas...
La vida es muy corta y ya la he desperdiciado bastante. Este es el regalo que me voy a hacer por mi cumpleaños, por que me lo merezco.
martes, 17 de noviembre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
Me he sentido bastante angustiada toda la semana, encajando las revelaciones y con la piedra en el zapato de haber vuelto a caer en los líos de gatos con esta chica, precisamente con ella que siempre me dice A y acaba siendo Z, como decirme que vienen tres bebes y meterme de golpe diez gatos enfermos y llenos de garrapatas, por poner un ejemplo. Pero yo siempre repito, así que, gran parte de mi angustia era por tener dos gatitos tomando antibióticos y una fiera en el trastero, sola, con la única atención de una visitante durante 10 minutos al día...
La cuestión es por qué me busco esos problemas, por que la responsabilidad del SI a la chica es exclusivamente mía; descubrir eso, o ser capaz de reconocerlo es mi tarea.
Lo que está claro es que tiene que acabar y la única manera de que eso suceda es atajarlo desde la raiz. Pero, ¿cuál es el origen?, ¿me busco problemas por que no se vivir sin ellos?, es bastante probable por que siempre he tratado, en mi infancia y adolescencia, de ser la que soluciona los problemas ajenos para no tener que mirarme a mi misma. Esto también se mezcla con problemas de asertividad; me suele costar distinguir entre lo que yo quiero realmente y lo que me siento forzada a hacer.
Dependiendo de quién sea mi interlocutor, la necesidad de agradar tiene mayor o menor intensidad. También es verdad que hay personas cuya autoexigencia me empapa de tal manera que pierdo la perspectiva. Problema del otro cuando su exigencia es muy grande y problema mío cuando no soy capaz de distinguir mis propios contornos, lo cuál encajaría con esa necesidad de la que se me responsabiliza de dominar.
Si encima mezclas todo esto con el miedo a perder a una persona que se ha convertido en el punto de inflexión en tu vida, esa persona con la que ya no puedes fingir y jugar a las casitas, por que es una persona de carne y hueso y con la que querrías empezar una vida nueva. Pero eso da demasiado miedo; cuanto mayor es el sentimiento, mayor es el miedo al batacazo, sobre todo si la otra persona no te ofrece la estabilidad que suavizaría todo, mas bien lo contrario, que su inestabilidad te hace zozobrar. Ese es el momento en el que pierdes el sentido, el control y la cordura. todo se convierte en un torbellino que te arrastra. Nada tiene sentido, querrías agarrar a esa persona y no soltarla nunca, pero no te atreves a decírselo por si tu euforia le hace correr en sentido contrario. Pero como no te atreves a expresarte tratas de interpretar en cada uno de sus gestos, expresiones, tonos de voz, actos cotidianos intentando descubrir si él se quedará contigo, si alguna vez seras parte del mastil que le de la estabilidad. Pero tu le provocas aún mas devaneos, eres marejada en su ya de por si difícil travesía y, cuanto mas tumultuoso es el movimiento, mas zozobras tú, mas interpretas un papel, mas tratas de deducir sobre él... para terminar naufragando.
En definitiva y para no liar mas la madeja, ayer solucioné el problema de los gatos, fui capaz de imponerme para que vinieran a llevarselos. Mientras tanto, cogí TODOS y cada uno de los correos de distrubución de desgracias animales y los marqué como spam. Radical, pero es una medida absolutamente necesaria de profilaxis para mi espíritu en reconstrucción. Así que, en una hora, había solucionado un angustiante problema que nunca fui capaz de zanjar definitivamente.
Cuando el coche arrancó con los gatos y yo subí a mi casa, me senté en el sofá con un alivio que hacía mucho mucho tiempo que no sentía, tanto fue así que no sentí mi desgarro interior. Me acurruqué unos minutos, después me lié un porrito y me puse a ver una serie americana de investigación, que me encanta hacerlo, y disfruté de una tarde tranquila pudiendo acariciar a mis propios gatos, que se acurrucaron a mi lado agradecidos.
La cuestión es por qué me busco esos problemas, por que la responsabilidad del SI a la chica es exclusivamente mía; descubrir eso, o ser capaz de reconocerlo es mi tarea.
Lo que está claro es que tiene que acabar y la única manera de que eso suceda es atajarlo desde la raiz. Pero, ¿cuál es el origen?, ¿me busco problemas por que no se vivir sin ellos?, es bastante probable por que siempre he tratado, en mi infancia y adolescencia, de ser la que soluciona los problemas ajenos para no tener que mirarme a mi misma. Esto también se mezcla con problemas de asertividad; me suele costar distinguir entre lo que yo quiero realmente y lo que me siento forzada a hacer.
Dependiendo de quién sea mi interlocutor, la necesidad de agradar tiene mayor o menor intensidad. También es verdad que hay personas cuya autoexigencia me empapa de tal manera que pierdo la perspectiva. Problema del otro cuando su exigencia es muy grande y problema mío cuando no soy capaz de distinguir mis propios contornos, lo cuál encajaría con esa necesidad de la que se me responsabiliza de dominar.
Si encima mezclas todo esto con el miedo a perder a una persona que se ha convertido en el punto de inflexión en tu vida, esa persona con la que ya no puedes fingir y jugar a las casitas, por que es una persona de carne y hueso y con la que querrías empezar una vida nueva. Pero eso da demasiado miedo; cuanto mayor es el sentimiento, mayor es el miedo al batacazo, sobre todo si la otra persona no te ofrece la estabilidad que suavizaría todo, mas bien lo contrario, que su inestabilidad te hace zozobrar. Ese es el momento en el que pierdes el sentido, el control y la cordura. todo se convierte en un torbellino que te arrastra. Nada tiene sentido, querrías agarrar a esa persona y no soltarla nunca, pero no te atreves a decírselo por si tu euforia le hace correr en sentido contrario. Pero como no te atreves a expresarte tratas de interpretar en cada uno de sus gestos, expresiones, tonos de voz, actos cotidianos intentando descubrir si él se quedará contigo, si alguna vez seras parte del mastil que le de la estabilidad. Pero tu le provocas aún mas devaneos, eres marejada en su ya de por si difícil travesía y, cuanto mas tumultuoso es el movimiento, mas zozobras tú, mas interpretas un papel, mas tratas de deducir sobre él... para terminar naufragando.
En definitiva y para no liar mas la madeja, ayer solucioné el problema de los gatos, fui capaz de imponerme para que vinieran a llevarselos. Mientras tanto, cogí TODOS y cada uno de los correos de distrubución de desgracias animales y los marqué como spam. Radical, pero es una medida absolutamente necesaria de profilaxis para mi espíritu en reconstrucción. Así que, en una hora, había solucionado un angustiante problema que nunca fui capaz de zanjar definitivamente.
Cuando el coche arrancó con los gatos y yo subí a mi casa, me senté en el sofá con un alivio que hacía mucho mucho tiempo que no sentía, tanto fue así que no sentí mi desgarro interior. Me acurruqué unos minutos, después me lié un porrito y me puse a ver una serie americana de investigación, que me encanta hacerlo, y disfruté de una tarde tranquila pudiendo acariciar a mis propios gatos, que se acurrucaron a mi lado agradecidos.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Sobre el arte de meterse en líos
Hay personas que no saben vivir si no se meten en líos, es algo inconsciente, son personas que siempre tienen un follón del que poder quejarse y que les lleva por el camino de la amargura.
La cuestión es, ¿soy yo una de ellos?, el sábado me dijeron que soy una de esas personas, eso y otras tantas verdades mas. Todavía estoy hecha pedazos, es una sensación de vértigo, sorpresa, pánico y profunda tristeza. Ya no solo por la dureza de lo dicho, por el dolor y la, creo, rabia que había en lo que se me dijo, si no por la casi certeza de que es cierto, por lo desnuda que una se siente cuando no tenía ni la mas remota idea de algo así, por lo horrible de descubrirse siendo algo que te horroriza, por el miedo que produce no saber si seras capaz de cambiarlo (juro que lo haré, no puedo soportar la idea de ser así), lo peor de todo es el nudo que se me forma en la garganta, en lo mas profundo de mi alma, al saber que no se quién he sido, al saber que he dañado, que he contribuído a perder lo que mas quería.
No es el clásico lamento de la pérdida reciente, no, es una vivencia de autoconciencia completamente abrumadora, la pérdida es un eslabon mas con el que tendré que vivir, pero uno mismo es insustituible, por lo que la toma de conciencia de este yo real es lo que me aprieta, hasta casi llegar a ahogarme. Pero se que podré con ello, con esto y con el resto de revelaciones angustiantes.
Por de pronto, la realidad mas evidente, ese lío en el que me meto siempre y que mas angustia me produce, aquello que mas me desequilibra, ha sido erradicado de mi existencia. He puesto los medios para evitar la ocasión, así evitaré el peligro.
Ningún correo de distribución hará mella en mis momentos de debilidad por que ninguno pasará por mi bandeja de entrada.
Mi madre me dijo el lunes que estoy un poco asilvestrada, y es cierto. Es una realidad que encaja con lo que ya he descrito en un montón de ocasiones sobre mi misma, sobre ser una especie de "fierecilla indomable". Siempre he hecho las cosas a mi manera, a pesar de ser una persona bastante maleable pero poco dúctil en ocasiones, peleo a muerte por las cosas, con impertinencia y la lengua bien afilada para luego dar mi brazo a torcer con facilidad, lo que genera mucha violencia y malestar, tanto en mi como en mis interlocutores. Es como cuando alguien te agrede vervalmente y no reaccionas, no contestas nada y luego te pasas dos días con el clásico "le tenía que haber dicho...". Es que no hay peor enfado que el enfado con uno mismo. Supongo que por aquí van los tiros cuando me dicen que intento controlar, que tengo una lucha de poder... cosa de la que no soy consciente... en este caso no he tenido la misma epifanía.
La cuestión es, ¿soy yo una de ellos?, el sábado me dijeron que soy una de esas personas, eso y otras tantas verdades mas. Todavía estoy hecha pedazos, es una sensación de vértigo, sorpresa, pánico y profunda tristeza. Ya no solo por la dureza de lo dicho, por el dolor y la, creo, rabia que había en lo que se me dijo, si no por la casi certeza de que es cierto, por lo desnuda que una se siente cuando no tenía ni la mas remota idea de algo así, por lo horrible de descubrirse siendo algo que te horroriza, por el miedo que produce no saber si seras capaz de cambiarlo (juro que lo haré, no puedo soportar la idea de ser así), lo peor de todo es el nudo que se me forma en la garganta, en lo mas profundo de mi alma, al saber que no se quién he sido, al saber que he dañado, que he contribuído a perder lo que mas quería.
No es el clásico lamento de la pérdida reciente, no, es una vivencia de autoconciencia completamente abrumadora, la pérdida es un eslabon mas con el que tendré que vivir, pero uno mismo es insustituible, por lo que la toma de conciencia de este yo real es lo que me aprieta, hasta casi llegar a ahogarme. Pero se que podré con ello, con esto y con el resto de revelaciones angustiantes.
Por de pronto, la realidad mas evidente, ese lío en el que me meto siempre y que mas angustia me produce, aquello que mas me desequilibra, ha sido erradicado de mi existencia. He puesto los medios para evitar la ocasión, así evitaré el peligro.
Ningún correo de distribución hará mella en mis momentos de debilidad por que ninguno pasará por mi bandeja de entrada.
Mi madre me dijo el lunes que estoy un poco asilvestrada, y es cierto. Es una realidad que encaja con lo que ya he descrito en un montón de ocasiones sobre mi misma, sobre ser una especie de "fierecilla indomable". Siempre he hecho las cosas a mi manera, a pesar de ser una persona bastante maleable pero poco dúctil en ocasiones, peleo a muerte por las cosas, con impertinencia y la lengua bien afilada para luego dar mi brazo a torcer con facilidad, lo que genera mucha violencia y malestar, tanto en mi como en mis interlocutores. Es como cuando alguien te agrede vervalmente y no reaccionas, no contestas nada y luego te pasas dos días con el clásico "le tenía que haber dicho...". Es que no hay peor enfado que el enfado con uno mismo. Supongo que por aquí van los tiros cuando me dicen que intento controlar, que tengo una lucha de poder... cosa de la que no soy consciente... en este caso no he tenido la misma epifanía.
lunes, 12 de octubre de 2009
Sin corazas
Te pasas la vida representando un papel, convencida de hacerlo bien, de que ese papel es el de protagonista de tu vida, hasta que un día te despiertas y descubres que ese papel no eres tú, que estas representando un personaje ficticio y sin sentido, por que todo lo que hace ese personaje lo hace para defenderse, para tratar de no perder las cosas que ama, para salvaguardar su corazón... y resulta que son esas mismas corazas, esas representaciones incoherentes las que te abocan irremediablemente a la pérdida del ser querido. Justo consigues perder lo que tratabas de agarrar.
Pero claro, te das cuenta cuando ya es demasiado tarde. ¡Qué cruel es el destino!.
Siempre asumí que era la víctima de mis propios fracasos en lugar de la responsable de ellos y de sus consecuencias. Siempre me sentí inocente y jamas se me ocurrió,ya no pensar, si no realmente interiorizar que yo SI que puedo dañar a la gente, si que puedo partirle el corazón a alguien... y justo tengo que experimentarlo con la última persona a la que querría perder.
Siempre que he visto o imaginado su pérdida he entrado en caos, de puro miedo, de pura angustia; y son, precisamente, ese miedo y esa angusita los que me han hecho vivir dentro de mi coraza, sentir "hacia dentro" y, al final, perderlo todo.
Se que las cosas suceden exactamente como deben suceder, sin embargo, no puedo evitar sentir un nudo en la garganta al tener que asumir el resto de la vida con esta pérdida, con haber tenido mas de un año para ver y no haber sido capaz, y digo ver, por que sentir he sentido... mas allá de lo que él pueda creer, pero mucho mas "acá" de lo que he sido capaz de expresar, por que el miedo ha llegado a ensombrecerlo todo.
En mayo pensaba que no sabía lo que se perdía, no me sentía valorada y resulta que fuí yo la que no supe ver lo que tenía. El tiempo pasará y viviré con esa pena.
Hoy tengo que vivir sabiendo que he perdido a la única persona con la que quiero estar, alguien tan especial que supera todas las expectativas de mis enormes fantasías infantiles, juveniles y adultas.
Pero claro, te das cuenta cuando ya es demasiado tarde. ¡Qué cruel es el destino!.
Siempre asumí que era la víctima de mis propios fracasos en lugar de la responsable de ellos y de sus consecuencias. Siempre me sentí inocente y jamas se me ocurrió,ya no pensar, si no realmente interiorizar que yo SI que puedo dañar a la gente, si que puedo partirle el corazón a alguien... y justo tengo que experimentarlo con la última persona a la que querría perder.
Siempre que he visto o imaginado su pérdida he entrado en caos, de puro miedo, de pura angustia; y son, precisamente, ese miedo y esa angusita los que me han hecho vivir dentro de mi coraza, sentir "hacia dentro" y, al final, perderlo todo.
Se que las cosas suceden exactamente como deben suceder, sin embargo, no puedo evitar sentir un nudo en la garganta al tener que asumir el resto de la vida con esta pérdida, con haber tenido mas de un año para ver y no haber sido capaz, y digo ver, por que sentir he sentido... mas allá de lo que él pueda creer, pero mucho mas "acá" de lo que he sido capaz de expresar, por que el miedo ha llegado a ensombrecerlo todo.
En mayo pensaba que no sabía lo que se perdía, no me sentía valorada y resulta que fuí yo la que no supe ver lo que tenía. El tiempo pasará y viviré con esa pena.
Hoy tengo que vivir sabiendo que he perdido a la única persona con la que quiero estar, alguien tan especial que supera todas las expectativas de mis enormes fantasías infantiles, juveniles y adultas.
martes, 25 de agosto de 2009
Introspectiva
Hoy, como casi siempre, estoy de vida introspectiva. Como he estado nerviosa y tendente a ponerme agresiva últimamente, me he tomado el día para relajarme, meditación, incienso y música. El viernes alguien me hizo preguntas que me desconcertaron por que rompieron mis esquemas y el orden de cosas en las que pretendía pensar.
A veces la vida se nos presenta de manera extraña, aunque realmente la vida es como es y nosotros tenemos nuestras percepciones muy cambiantes y dependientes de factores externos e internos que varían totalmente el color de las cosas.
Yo no pretendo saber lo que quiero o tomar decisiones que hagan que sienta que estoy determinando mi existencia. Me apetece tomarme la vida de una manera mas sencilla y natural, quiero elegir las cosas que me apetecen y que siento que son para mi. Soy una persona muy intuitiva que se turba, en ocasiones, con la velocidad de mi propia mente, que corrompe y distorsiona mis propios deseos basados en mis sensaciones.
Teniendo en cuenta que las personas que revolotean a mi alrededor solo me apetecen en tanto en cuanto no intercedan en mis ondas emocionales, son bienvenidas, por que la gente te aporta cosas increíbles, pero no me apetece forzar el hueco para dejar entrar a alguien en mi vida.
Es cierto que siempre me he sentido como una "fiereccilla indómita", una especie de tom sawyer, un espíritu libre, que una parte de mi pelea a muerte por ser como habría sido de recibo que fuera (una señorita lista y virtuosa que hace que sus padres se sientan orgullosos de ella), pero dentro de mi hay otras mujeres, una niña como mi primita Claudia, nerviosa, lista, indómita, dominante pero muy sensible que solo se entiende con los animales, que lleva un vencejo en el hombro y que siempre anda descalza, que alimenta con gusanos blancos a Ramón, el pajarito del parque del oeste que luego se debatía entre ser libre y volver a mi cálido hombro, una niña que, en realidad, añoraba el amor de su madre como quien fantasea con ser princesa, una niña querida por su padre, el mismo que le dejaba moratones también en el alma, pero al que no puede guardar rencor... esa niña busca un regazo cálido y amoroso, lo que me ha traído serios problemas en alguna relación, pero también está la mujer fuerte y dominante heredera de ese tom sawyer que no acepta lo que no entiende, que no para hasta hacer lo que cree que es justo, que es capaz de acoger en su seno a cualquiera, darle cariño, comprensión y fuerza para continuar, esa mujer intuitiva que lee en los corazones y casi puede tocarlos, que sabe cuáles son los rincones oscuros de sus seres queridos y, cuando quiere, puede poner luz en la oscuridad... ella tiene ese don.
Y está la mujer que ha vivido con un torbellino en el estómago y en el alma pero que ha conseguido ver, tras mucho trabajo, que la paz estaba ahí mismo, que ha conseguido verse a si misma frente al espejo, sencilla y sensual, fuerte e independiente. Cierro los ojos y puedo ver mi cuerpo y mi alma, me siento dentro de mi, cada poro de mi piel y dejo que mis huesos alcancen la ingravidez sumergiéndose en un mar imaginario en el que solo estoy yo, tomando conciencia de mi misma, sintiendo con cada centímetro y llenándome de mi misma, de energía, de mi propia fortaleza.
Por eso no me importa estar aquí o allí, puedo hacer lo que quiera con mi vida, eso es secundario, lo importante es esa mujer sumergida en su propio mar espiritual. Ahora el mundo no importa demasiado, las relaciones mediocres tan solo me inspiran una sonrisa condescendiente, por que yo busco algo mas elevado, una manera de vivir en la que los roles los define la espiritualidad y no los factores externos (trabajo, barrio, coche, dinero...)
No me importan los errores cometidos, no me importan los sucesos difíciles, valoro lo que he aprendido y que yo, a pesar de ser una mujer inconstante y mediocre para un mundo postmoderno, valoro la riqueza de las experiencias vividas y de las personas, mis pequeños cosmos añadidos, que orbitan a mi alrededor. Me siento plena en la soledad de mi casa, en la seguridad de mi vida, con mi incienso y mi música, las caricias gatunas, los lametones en los pies de los perros prestados... el aire de la casa de campo que alivia una noche cálida y la convierte en un oasis de agosto, el olor de la ropa limpia y la frescura de un helado de chocolate.
¿Como puede esa mujer perder su identidad sin saber ni cómo?, supongo que la necesidad de complacencia, no se si social o de ausencias vitales.
Solo se quién soy yo ahora, una persona normal con una fuerza interior que, en ocasiones, se desborda y se confunde.
Se que puede parecer una vuelta de tuerca absurda, pero siento correr a todas las mujeres de mi familia por mis venas, un matriarcado terrible, mujeres de una fuerza desbordante, mujeres sensibles, mujeres desgarradas que buscan la paz. Es fascinante poder sentirlas. Todas ellas me dan fuerza y se que la vida es maravillosa, que el mundo está frente a mi y que puedo hacer lo que yo quiera, por que nadie espera que tenga que hacer grandes cosas, solo estoy yo, estamos todas, y solo buscamos la paz.
A veces la vida se nos presenta de manera extraña, aunque realmente la vida es como es y nosotros tenemos nuestras percepciones muy cambiantes y dependientes de factores externos e internos que varían totalmente el color de las cosas.
Yo no pretendo saber lo que quiero o tomar decisiones que hagan que sienta que estoy determinando mi existencia. Me apetece tomarme la vida de una manera mas sencilla y natural, quiero elegir las cosas que me apetecen y que siento que son para mi. Soy una persona muy intuitiva que se turba, en ocasiones, con la velocidad de mi propia mente, que corrompe y distorsiona mis propios deseos basados en mis sensaciones.
Teniendo en cuenta que las personas que revolotean a mi alrededor solo me apetecen en tanto en cuanto no intercedan en mis ondas emocionales, son bienvenidas, por que la gente te aporta cosas increíbles, pero no me apetece forzar el hueco para dejar entrar a alguien en mi vida.
Es cierto que siempre me he sentido como una "fiereccilla indómita", una especie de tom sawyer, un espíritu libre, que una parte de mi pelea a muerte por ser como habría sido de recibo que fuera (una señorita lista y virtuosa que hace que sus padres se sientan orgullosos de ella), pero dentro de mi hay otras mujeres, una niña como mi primita Claudia, nerviosa, lista, indómita, dominante pero muy sensible que solo se entiende con los animales, que lleva un vencejo en el hombro y que siempre anda descalza, que alimenta con gusanos blancos a Ramón, el pajarito del parque del oeste que luego se debatía entre ser libre y volver a mi cálido hombro, una niña que, en realidad, añoraba el amor de su madre como quien fantasea con ser princesa, una niña querida por su padre, el mismo que le dejaba moratones también en el alma, pero al que no puede guardar rencor... esa niña busca un regazo cálido y amoroso, lo que me ha traído serios problemas en alguna relación, pero también está la mujer fuerte y dominante heredera de ese tom sawyer que no acepta lo que no entiende, que no para hasta hacer lo que cree que es justo, que es capaz de acoger en su seno a cualquiera, darle cariño, comprensión y fuerza para continuar, esa mujer intuitiva que lee en los corazones y casi puede tocarlos, que sabe cuáles son los rincones oscuros de sus seres queridos y, cuando quiere, puede poner luz en la oscuridad... ella tiene ese don.
Y está la mujer que ha vivido con un torbellino en el estómago y en el alma pero que ha conseguido ver, tras mucho trabajo, que la paz estaba ahí mismo, que ha conseguido verse a si misma frente al espejo, sencilla y sensual, fuerte e independiente. Cierro los ojos y puedo ver mi cuerpo y mi alma, me siento dentro de mi, cada poro de mi piel y dejo que mis huesos alcancen la ingravidez sumergiéndose en un mar imaginario en el que solo estoy yo, tomando conciencia de mi misma, sintiendo con cada centímetro y llenándome de mi misma, de energía, de mi propia fortaleza.
Por eso no me importa estar aquí o allí, puedo hacer lo que quiera con mi vida, eso es secundario, lo importante es esa mujer sumergida en su propio mar espiritual. Ahora el mundo no importa demasiado, las relaciones mediocres tan solo me inspiran una sonrisa condescendiente, por que yo busco algo mas elevado, una manera de vivir en la que los roles los define la espiritualidad y no los factores externos (trabajo, barrio, coche, dinero...)
No me importan los errores cometidos, no me importan los sucesos difíciles, valoro lo que he aprendido y que yo, a pesar de ser una mujer inconstante y mediocre para un mundo postmoderno, valoro la riqueza de las experiencias vividas y de las personas, mis pequeños cosmos añadidos, que orbitan a mi alrededor. Me siento plena en la soledad de mi casa, en la seguridad de mi vida, con mi incienso y mi música, las caricias gatunas, los lametones en los pies de los perros prestados... el aire de la casa de campo que alivia una noche cálida y la convierte en un oasis de agosto, el olor de la ropa limpia y la frescura de un helado de chocolate.
¿Como puede esa mujer perder su identidad sin saber ni cómo?, supongo que la necesidad de complacencia, no se si social o de ausencias vitales.
Solo se quién soy yo ahora, una persona normal con una fuerza interior que, en ocasiones, se desborda y se confunde.
Se que puede parecer una vuelta de tuerca absurda, pero siento correr a todas las mujeres de mi familia por mis venas, un matriarcado terrible, mujeres de una fuerza desbordante, mujeres sensibles, mujeres desgarradas que buscan la paz. Es fascinante poder sentirlas. Todas ellas me dan fuerza y se que la vida es maravillosa, que el mundo está frente a mi y que puedo hacer lo que yo quiera, por que nadie espera que tenga que hacer grandes cosas, solo estoy yo, estamos todas, y solo buscamos la paz.
jueves, 6 de agosto de 2009
Decisiones difíciles y esperas también difíciles
Hay veces en las que la decisión se nos hace tan cuesta arriba que confundimos los motivos o las premisas por las cuales elegir una cosa u otra. Lo que está claro es que no podemos pretender que la responsabilidad de una opción recaiga sobre otra persona por que no tenemos el valor suficiente como para elegirla por nosotros mismos. Tenemos que tomar nuestras decisiones en base, exclusivamente, a nosotros mismos, aunque eso conlleve un riesgo, pero si lo hacemos así, ya no miraremos atras y no nos arrepentiremos.
Sin embargo, si pretendemos que la responsabilidad de la elección recaiga sobre otra persona, nunca estaremos seguros de haber hecho lo correcto, exigiremos a esa persona que nos de la seguridad de que hemos hecho lo correcto y siempre habrá una sombra de desconfianza o miedo.
Tampoco es sencillo tener que quedarse en paz y confiando en que la decisión de otros sea aquella que afecte directamente a tu propia vida y a tu propio camino, no es facil tener paciencia y confiar; de todas maneras, sea cual sea el giro que nos de la vida, será lo mejor.
Sin embargo, si pretendemos que la responsabilidad de la elección recaiga sobre otra persona, nunca estaremos seguros de haber hecho lo correcto, exigiremos a esa persona que nos de la seguridad de que hemos hecho lo correcto y siempre habrá una sombra de desconfianza o miedo.
Tampoco es sencillo tener que quedarse en paz y confiando en que la decisión de otros sea aquella que afecte directamente a tu propia vida y a tu propio camino, no es facil tener paciencia y confiar; de todas maneras, sea cual sea el giro que nos de la vida, será lo mejor.
lunes, 20 de julio de 2009
Autoexigencia cero.
No se por qué estoy tan vaga últimamente para escribir, será que no encuentro el momento, por que ideas tengo bastantes y cosas que decir también.
Estoy en un periodo de descanso intelectual y emocional que me está viniendo estupendamente. Me he bajado el nivel de autoexigencia a 0 y me estoy dejando llevar, me mimo, me cuido, hago lo que me apetece sin tener en cuenta ni por asomo si me conviene o no, estoy disfrutando (y recuperando el tiempo perdido) de mis amigos, haciendo planes (también recuperando el tiempo perdido) y disfrutando, en definitiva, de mi libertad (gustosamente recuperada).
Tengo nuevos proyectos, como el de cambiar de casa, cosa que llevo queriendo hacer desde hace varios años y, por motivos que no me voy a parar a describir para no cabrearme conmigo misma en mi periodo de autoexigencia 0, no lo he llegado a hacer nunca. También tengo pendiente lo de la moto, y creo que prefiero comprarme una pequeña antes de continuar con lo del carnét.
Lo de la casa va a ser lento y complicado por que busco algo dificil de encontrar, pero se que lo encontraré y empezaré una nueva etapa mas limpia espiritualmente, ademas, es que últimamente me siento muy bien.
Estoy en un periodo de descanso intelectual y emocional que me está viniendo estupendamente. Me he bajado el nivel de autoexigencia a 0 y me estoy dejando llevar, me mimo, me cuido, hago lo que me apetece sin tener en cuenta ni por asomo si me conviene o no, estoy disfrutando (y recuperando el tiempo perdido) de mis amigos, haciendo planes (también recuperando el tiempo perdido) y disfrutando, en definitiva, de mi libertad (gustosamente recuperada).
Tengo nuevos proyectos, como el de cambiar de casa, cosa que llevo queriendo hacer desde hace varios años y, por motivos que no me voy a parar a describir para no cabrearme conmigo misma en mi periodo de autoexigencia 0, no lo he llegado a hacer nunca. También tengo pendiente lo de la moto, y creo que prefiero comprarme una pequeña antes de continuar con lo del carnét.
Lo de la casa va a ser lento y complicado por que busco algo dificil de encontrar, pero se que lo encontraré y empezaré una nueva etapa mas limpia espiritualmente, ademas, es que últimamente me siento muy bien.
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