martes, 19 de agosto de 2008

la playa

...llevaba ya unas horas en la playa, no podría precisar cuántas, dejando acariciar mi cuerpo desnudo por la brisa apaciguadora y el por el sol. Me incorporé levemente y observé el ambiente claro y algo húmedo, una larga explanada rojiza y al fondo el océano, bravo, lejano, espumoso. Guillaume jugaba con las olas en su bugui, entraba y salía del agua como un pececillo.
Al fin me levanté y dirigí mis pasos hacia allí, flotando, embriagada por el sonido de las olas, el sabor del sobrio y dulce aire de Francia. No había nadie mas en la playa.
Me acerqué a la orilla, la espuma blanca rompía fuerte y elástica sobre mis caderas, sin inmutarse ante mi presencia, moldeando su forma, empujándome hacia el fondo.
Me dejé caer, me sumergí en la fría masa y mis pensamientos se arrugaron, flotaba tranquila, libre, feliz.
Conseguí zafarme del agua, caminé hacia la orilla, a salvo, donde me esperaba él, siempre sonriente, con su tabla, mojado. Una mirada rápida a los ojos vidriosos, a su cuerpo fibroso, la pantera negra de su tobillo. Me abrazó, me besó mientras acariciaba mi espalda, desde el principio hasta su curvado fin.
Gotitas perladas brillaban sobre mi cuerpo oscuro, tan tostado por el sol. Maná refrescante.
Volví a la toalla y me tumbé boca abajo, abrazando la tierra, dejando que el cielo, el sol y el mar nos abrazaran a ambos.

Algunas veces evoco aquellos días de aquél julio lejano, aquél año en el que Francia ganó la eurocopa, aquél año en el que celebré aquella victoria en un restaurante italiano de un pequeño pueblo de la Aquitania francesa, divertida pero sin demasiado interés.

lunes, 18 de agosto de 2008

Veranito

Cualquiera diría que, dado lo perdidísima que ando, estoy pasando unas glamurosas vacaciones de no parar entre un destino maravilloso y otro, pero nada mas lejos de la realidad!!!!
Lo mas parecido a los bañitos playeros es el agua de mi ducha, que como llevo con el calentador estropeado y sin energía para pegarme con el fontanero (así como sin un p... duro), sale congelada... pero una que tiene espíritu, cierra los ojos a eso de las 6 de la mañana, hora en la que una se da la primerita ducha del día, y piensa "qué fresquita está el agua de esta ducha de esta piscina llena de gente guapa, coctails y camareros macizos". Luego abro los ojos y veo a mis peludos gatos esperando a que salga de la ducha para meterse en la bañera y poder llenarme de patazas negras su blanca y pulcra superficie.

Luego están los cócteles veraniegos, que oye, una tiene tanto estilo como cualquiera a pesar de que se tome un zumo de melón batido en la batidora casera y semitumbada en el sofá frente al ventilador, con una coleta bien "apretá"y con las mejores galas en cuestión de ropa fresca de andar por casa.

Alguna escapada que otra me he hecho al pueblo, con los tres gatos... tremendos viajes... que si no fuera por las anécdotas pasadas y presentes, me habría tirado por el "cerro san juan".
Como lo que le dijo el último pastor que tuvieron en casa a mi abuelo, "D. Lorenzo, tié usté que comprar una borrica, que esta se va a morir", "y cómo sabe usted que se va a morir!", "pues por que se le paran las burracas".
Burracas significa urracas en lenguaje castellanomanchego, así que claro, ahora la broma consiste en decirle a mi abuelo que se le empiezan a parar las "burracas"... por aquello de que ha cumplido 96, pero la cosa tiene su gracia por que mi abuelo está mejor que yo.

Todas las visitas han acabado en tragedia, mas por cómo soy yo de trágica tomándome las cosas que por la importancia de los hechos en si. Cada viaje de vuelta ha sido una auténtica odisea, una vez que tengo todo preparado para salir, un gato desaparece, y es que el muy capullo se esconde en cuanto nota que va a haber movimiento... pero claro, como aquello es tan grande, me ha tocado perseguir gato, enfurecida y acabar realizando mi peor pesadilla, tener que meter partes de mi cuerpo en oscuros agujeros habitados por arañas... todavía se me ponen los pelos de punta al recordar... Ahora ya me lo tomo de otro modo, ya no lloro por la pérdida del animal si no que juro en arameo, como me dice mi amigo Ivan, hablo como un camionero ucraniano... pero es que la penúltima vez, tras perseguirlo por dos casas diferentes, me tocó meter la mano, el brazo, el hombro y parte de mi cabeza entre la leña acumulada de todo el año, suaves hilos de arácnida seda acariciaban desde mis dedos hasta mis orejas... incluyendo mi cuello, DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!, en un intento de agarrar al puñetero gato, para conseguir, únicamente, rozarlo con las puntas de mis dedos.
Aquella vez llegué a casa con heridas de guerra por todo mi cuerpo, por que claro, camionera ucraniana que es una, al final levanté toda la leña acumulada para diez inviernos en media hora, vamos, aun que hubiera tenido que luchar a brazo partido contra una araña peluda del tamaño de la jaca paca para agarrar al gato, amos hobre!!!!.

Y el verano todavía no ha acabado!!!

miércoles, 13 de agosto de 2008

Contestación a vuestros comentarios.

Como no estoy sacando suficiente tiempo para dedicaros, os contesto desde aquí.
Lo primero, muchas gracias por seguir ahí, y ya os contaré mas cositas!!!
Besos a TOL mundo!!

miércoles, 6 de agosto de 2008

La sombra del pasado III. Conclusiones.

... en realidad, nunca hablábamos de nuestros sentimientos, como él no lo hacía, yo me callaba, contenida, deseando escuchar de sus labios que lo nuestro sería eterno, que siempre sería yo... y toda esa clase de fantasías románticas de juventud, de primer amor, fantasías que fueron cumpliéndose una a una sin necesidad de que él pronunciara las palabras mágicas. Será, acaso, que cuando pronuncias las palabras que dan forma a un sueño, el sueño se materializa en las palabras pronunciadas o escritas y se desvanece la posibilidad de que se cumpla?.

A pesar de que la capacidad de autoengaño puede llegar a tener unas proporciones desmesuradas, cada día que pasa estoy mas convencida de que uno sabe perfectamente lo que va a suceder, tenemos una intuición que casi raya con lo mágico.

Es cierto que hay gente que cambia, sin embargo, es reconfortante saber que hay personas y vínculos que jamás desaparecen, que permanecen imperturbables siempre a pesar de que las circunstancias, las vivencias, el agotamiento, te hagan perder la sonrisa. Lo que hay entre nosotros va mas allá de la pasión, mas allá de la amistad, mas allá del tiempo... un día nos volveremos a ver y volveremos a reír juntos, a carcajadas.