Todos los años es perturbadora la llegada de mi cumpleaños, los últimos años he tratado de esconderme detrás de las lamentaciones acerca de lo
solísima que estoy y lo poco que significo para la gente, vamos, la típica llorera infantil y aburrida, pero siempre he acabado riendo de mi propia puerilidad y lo he celebrado con mis amigos, que nunca me han fallado.
Este año ha sido diferente, estaba feliz y quería estar con todo el mundo, reunir a mi gente y pasar un buen rato arropada por los míos. Quería romper esa espiral de
negatividad, además, este año iba a estar él y eso ya lo hacía todo especial.
Las cosas empezaron a torcerse desde el principio. Él tenía que viajar por trabajo, tenía que ir fuera de España y era posible que no hubiera podido regresar para mi cumpleaños, pero le dieron fecha de regreso justo dos días antes de mi cumple. Perfecto, pensé yo, hasta un viernes por la noche en el que me dijo, como aquél que no quiere la cosa, que se había ofrecido voluntario para quedarse hasta el 18.
Supongo que soy un poco sentimental y muy poco práctica, pero aquello me dolió. ¿Por qué decide obviar la fecha de mi cumpleaños con esa frialdad?, y es genial poder quedarse y hacer un buen trabajo, pero si ha decidido quedarse de
motu propio, creo que lo lógico es tratar de que esa decisión afecte lo menos posible a las personas que se ven afectadas por ello, máxime cuando es mi cumpleaños, el primer cumpleaños que pasaríamos juntos.
Pero no, no solo no le ha importado lo mas mínimo dejarme sola este día si no que no me ha compensado en absoluto, no ha venido, los billetes son caros... bueno, en realidad no ha venido por que no considera que sea importante, pero lo es y nadie tiene por qué juzgar lo que debe o no ser importante para mi.
Pero es que tampoco me he encontrado un ramo de flores en mi casa el día de mi cumpleaños haciéndome llegar lo mucho que le gustaría que
pasáramos juntos esta fecha, no, mas bien todo lo contrario, lo que he recibido como regalo de última hora ha sido un chaparrón por ser tan negativa, por
amargarle el día, vamos, con mi tristeza...
Ha sido el peor cumpleaños de mi vida, sin lugar a dudas. Mi amiga N no podía venir por que ha sido madre hace seis meses y eso invalida totalmente la posibilidad de que el amargado de su marido se quede con el bebé y ella pueda salir un rato, pero yo no soy quien para juzgar lo que debe hacer una madre.
Ninguna de mis amigas de siempre ha estado a mi lado este año, todas tenían algo. Mi madre y mi hermana habían discutido y mi madre no fue capaz de hablar en toda la celebración familiar del evento
cumpleañil. Eso ya me puso en contacto con lo mas profundo de mi tristeza. Luego empezó a cancelar todo el mundo, luego llegué a mi casa, estaba diluviando, me eché a llorar como hacía tiempo que no lo hacía y llamé a J, me echó en cara mi
negatividad y me hizo saber que él prefiere dejar las cosas en
stand by... ¡y qué hay de mi y de mis sentimientos!, así que me volvió a dar un arranque de lágrimas y tuve que colgar.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan turbada, tan triste, tan abandonada y tan sola.
Pero la noche aún podía empeorar. Salí de casa para encontrarme con un compañero de trabajo y bajar juntos hasta el lugar en el que se celebraría el peor cumpleaños de la historia. Llegamos al sitio, estaba diluviando y yo tenía los pies empapados. El sitio estaba cerrado. Obvio, cómo no, las cosas deben seguir una línea y a mi me había tocado la línea negra.
Fuimos a un local cercano a esperar a la gente, pero mi teléfono se estaba quedando sin batería yo no podía llamar,
tampoco tenía muy claro quién iba a venir.
Aparecieron las venezolanas y apareció una vieja amiga del
cole. Pues mi amiga del
cole empezó a hablar, como es costumbre en ella, a la velocidad de la luz, a gritos y acaparando toda posible conversación. Las niñas estaban petrificadas.
Pero aún estaba por llegar lo peor, apareció el
morreador nº2, hizo una entrada triunfal con un par de amigos, se apartó del grupo y
empezó a gritar canciones para llamar mi
atención alternando los berridos con miradas de soslayo. Me parece que los acabaron echando del local.
La gente de la facultad no solo no apareció si no que no
dieron señales de vida.
Llegué a mi casa hecha una sopa, con unas copas de mas y queriendo eliminar ese día de calendario.
Y aquí estoy hoy, en la cama, escribiendo mis miserias y sintiéndome fuera del carril, he perdido el control de mi relación, esa que creí desde el primer día que era la primera y la única y que ahora pongo en duda. No se hacia donde voy, no se qué estoy haciendo. Se que mis miedos son mas terrores que sustos y que el pánico habla por mi en mi forma de sentir esta separación. Algo en mi quiere salir corriendo y apartarse, por que estoy muy bien en mi refugio donde solo estamos los gatos y yo y ellos siempre
están ahí, nunca me fallan.
Quizás yo no valga para esto, no todo el mundo puede conducir aviones... y el amor es mucho mas complicado. Yo no quiero sufrir, no quiero sentirme
ninguneada ni quiero que otra persona ponga las normas de mi vida y de mis emociones, no quiero que nadie me haga sentir que no merezco lo que yo creo que es justo para mi. Quiero estar sola.