sábado, 29 de diciembre de 2007

Escenas de matrimonio

Como en ese deplorable programa de la tele, supongo que por eso me repugna tanto... rebuscando en el ordenador viejo he encontrado esto:

"El sonido de la alarma perturba mi reposo. Apenas puedo escucharla y, sin embargo, cambia el rumbo de mis pesadillas. Una entidad humana sin rostro acerca su brazo hasta mí sin llegar a rozarme, siento frío y miedo, el mundo es gris y no siento a nadie, nadie puede verme.

Acabo de morir en un accidente, pero yo no siento nada, no se qué hacer, no se a dónde ir, ya no tengo miedo. Se que estoy atrapada hasta que consiga encontrar mi cuerpo pero, ¿para qué?, no tiene sentido, cuando encuentre mi cuerpo, ¿qué?, se que he muerto en un accidente, en la montaña, al chocar contra un árbol, eso si lo se, pero no recuerdo nada del accidente.

Ahí comenzó una angustiosa búsqueda a través de lugares desconocidos, de gente sin rostro que no podía verme. Encontré mi cuerpo dentro del coche, me acercaba pero no conseguía llegar cuando, de repente, desperté.

Él estaba entrando en ese momento, escuché sus pasos dirigirse hacia el cuarto de baño. Miré la hora en el reloj digital, eran las cuatro de la mañana. Entró en la habitación quitándose la ropa, podía oler ese fuerte olor a tabaco tatuado en la ropa. Venía de estar con ella, como casi todos los días.

Cuando se tumbó en la cama pude sentir en mi cabeza su transpiración, ácida, corrompida como el vómito, ese olor incrustado en mi cerebro tras tantas veces, un aliento que podía definir nuestro ya inexistente amor.

No se muy bien si se quedó dormido o venía ya inconsciente. Se tumbó en la cama, boca abajo, con los brazos extendidos ocupando todo el espacio. Yo me quedé inmóvil, sin saber qué hacer. Traté de empujar su inerte cuerpo hacia un lado, pero no podía, grité, pero no podía escucharme, volví a gritar, pero nada sucedió. Rompí a llorar, sentada en el borde de la cama, agarrando mis pobres piernas, balanceándome. No podía hacer nada.

Esa sensación de impotencia se convirtió repentinamente en un ataque de ira, empecé a empujarle hacia el otro lado de la cama, era inútil, estaba inconsciente. Pensé que, si le tiraba de la cama, se despertaría, y así lo hice, rodé su cuerpo hacia el borde de la cama, pero en cuanto él sentía el vacío bajo su cuerpo, en un acto inconsciente, se aferraba, de nuevo, a la cama haciendo absurdos todos mis esfuerzos.

Me levanté de la cama y comencé a dar vueltas por la habitación intentando recordar cómo había podido llegar hasta ahí, por qué me había hecho aquello a mi misma. Necesitaba hacer salir todo aquél dolor de alguna manera de mi ser, necesitaba sentir un dolor físico que me hiciera salir de aquella pesadilla, una punzada, un golpe, una bofetada..., sentía que mi interior estaba a punto de estallar estrellando mis entrañas contra las paredes azules de la habitación.

¿Por qué me había aferrado a ese mundo?, ¿por qué continuaba ese camino?. Todavía podía recordar los momentos de infancia en los que imaginaba mi vida sola, tranquila, segura, fuerte, sólida... pero nada había sucedido de esa manera, más bien al contrario. Estaba atrapada en una realidad inexistente de puro absurda. Nada tenía sentido. Ni siquiera me dolía saber que él había vuelto a pasar la noche con ella. No me dolía una nueva borrachera ni la responsabilidad de tener que llamar a su madre por la mañana para que fuera a despertarlo de su coma y que no le echaran del trabajo, no, era un miércoles como otro cualquiera.

Era mi Nada puesta sobre la mesa, ya no estaba sola, sencillamente, había dejado de existir y esa angustia pugnaba por salir de mi cuerpo materializándose en el dolor que merecía sentir, por que me había traicionado.

Como en una especie de ensoñación, comencé a llenar la bañera, ya debían ser las cinco y el mundo había desaparecido a mí alrededor. No existía el despertador, que habría de sonar una hora y cuarto mas tarde, no era mi casa, ni mi mundo, actuaba inconsciente de pura lógica por que sabía lo que tenía que hacer. Una lucidez que me hacía actuar, no era una lógica consistente, era la pura realidad.

La bañera se había llenado de agua caliente, calmosa y tranquila y yo, desnuda, me sumergí sintiendo el calor entrando en mi cuerpo, por todos mis poros, haciendo flotar mí angustia.

Había cogido la vieja cuchilla que guardaba para depilarme, la puse sobre el borde de la bañera y sumergí la cabeza, cerré los ojos bajo el agua y pude verme flotar en el océano azul, mi cuerpo pesaba y me arrastraba hasta el fondo, entonces, saqué la cabeza y abrí los ojos dejando entrar en mi cabeza la luz naranja del cuarto de baño. El color de la tristeza, una fotografía en sepia de lo que nunca debió suceder.

Cogí la cuchilla y la hundí en mi muñeca. Un escalofrío de dolor y liberación recorrió todo mi cuerpo, poco a poco mi sangre comenzó a teñir de color esa penumbra anaranjada. Empecé a sentir una profunda calma al dejar salir de mi todo ese mal, unas lágrimas de agradecimiento asomaron en mis ojos. Me sentía feliz, estaba haciendo lo que tenía que hacer, por fin podía escapar de ese camino sin regreso que había escogido algún día traicionando todo aquello en lo que creía, traicionando mi vida. Nada podía hacer al respecto, no existen los caminos de regreso ni las segundas oportunidades.

Por fin pude descansar."

5 comentarios:

acoolgirl dijo...

Es un relato precioso, pero tan triste...

Creo que nada ni nadie merece que pensemos en dejar de existir... de todo se sale!!

Un besitooo y a pasarlo genial esta noche.
FELIZ AÑO NUEVO!!!

Zafferano dijo...

Pol dios! Vengo a felicitarte y me acabo de hundir en la miseria más profunda...! Qué historia tan terrible y con cuánta emoción está relatada. Yo sí creo que hay caminos de regreso y que cuando nos equivocamos hay segundas oportunidades, y más... Yo las he tenido.

A lo que venía, felicidades linda y que tengas un año precioso y lleno de nuevas oportunidades, y de segunda mano también!

joaninha dijo...

ja ja, siento haberos amargado el momento...

bueno acoolgirl, la muerte no era por él, era por la traición hacia ella misma, pero eso fue hace ya tiempo...

zafferano, no te hundas!!!!!!! por fiii, bueno, te contaré q el motivo de mi tontuna emocional relatada parcialmente en este blog se debe a que mi "segunda oportunidad", aquella en la que puse toooooooda mi esperanza, ilusión etc etc, es la que me ha dado el palo mas gordo.
Así que espero que existan terceras oportunidades ;-P

Y eso, que pelilloeso es cosa del año pasado, pelillos a la mar y FELIZ AÑO!!!!!!!!!!!!!!!!!!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Que relato tan apasionado, me ha gustado mucho, aunque me ha impresionado bastante.
Feliz Año Nuevo y que todo te llegue como deseas.
Besitos muchos,
nani

Sun-T dijo...

La solucion no esta en sucumbir al dolor, si no en enfrentarse a el. Se que no es facil, pero es la unica manera de liberarnos de la infamia de los sentimientos. No hay ocasiones perdidas ni excusas
Un relato tan duro como certero.Me ha gustado mucho,pese a su crudeza, quizas de eso se trata y por eso me gusto.
Saludos desde la ataraxia(y no seas tan impaciente en ver publicados tus comentarios, siempre los reviso para evitar spam) Un besazo y gracias por lo de guapeton