Qué tristes son siempre los finales, y qué frustrante resulta no haber podido... que no haya podido ser... lo difícil que es no agarrarse al pequeño recurso de "si pudiéramos arreglarlo...", cómo pueden dos personas que se tocan en lo mas profundo de sus seres no entenderse en el mundo de los mortales, cómo pueden esas dos personas llegar a no querer mas... en tan poco tiempo.
Cómo volver a empezar de nuevo, cuánto tiempo tardaré esta vez en olvidar, en dejar de sentir, cómo mantener la calma y no entrar en mecanismos obsesivos, cuándo dejaré de escuchar el teléfono sin que mi corazón añore una llamada suya, un mensaje, un correo, un olvido y un volver a empezar.
Quisiera que el amor triunfase de una vez por todas en mi vida, por que he llegado a añorar a mi exmarido, que fue la única persona que luchó por mi durante un tiempo, pero al menos lo hizo, no se dio por vencido en la primera dificultad seria.
Recuerdo mi primer año con mi exmarido, fue difícil, discutíamos todo el rato y luego llorábamos sin comprender lo que nos estaba pasando, pero nos queríamos y siempre continuamos adelante hasta que aquella niebla se disipó. Llegaron otras, pero aquella vez confiamos en el amor. A partir de ahí, comenzó la única etapa de mi vida en la que he confiado plenamente en alguien y, a pesar de que no era una persona adecuada para mi, a pesar de que sufrí mucho, de que confundí aquello por lo que debía luchar, o sea, yo, aun así, es lo mas hermoso que he hecho en mi vida, precisamente por ello, esa pérdida, la de la confianza, es lo mas doloroso que me ha sucedido jamas, tanto es así que todavía no lo he superado.
Lo he vuelto a intentar, pero mi corazón no se presta. No se puede cambiar el pasado ni forzar el destino, aunque siento mucha pena por no haber podido volver a hacerlo, ni siquiera se si es ese el motivo por el que estoy hoy escribiendo estas letras o es, acaso, la intuición que la vida me ha dado la que me hizo no confiar.
Sea como sea, ahora ya no importa.
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