lunes, 29 de julio de 2013

Hoy me he levantado torcida.

Después de un fin de semana tranquilo, pacífico, a gusto conmigo misma, me he levantado muy triste. La verdad es que llevo una época en la que me estoy dando de bruces con algunas personas. Hay cosas que no puedo comprender, o mas bien aceptar y asimilar como parte de la condición humana. Me imagino que hay cierta soberbia por mi parte y no acepto cierto tipo de cosas, me niego como una niña con una rabieta. Hace unos meses, una amiga por la que me he desvivido me ha traicionado de una manera incomprensible; primero me dejó de hablar como si estuviéramos en el colegio, pero no contenta con ello, me perjudicó en el trabajo enviando un correo que me dejaba en mal lugar. Me está costando aceptarlo, pero creo que es mas complicado que eso... cuando le doy a una persona mas allá de mis límites, se acaba volviendo en mi contra. También me está pasando con mi actual no-pareja, que responde con un gracias y un guiño a toda una declaración de amor y cariño. Entonces, todas aquellas enseñanzas de las madres en las que se te dice que cuando das la vida te devuelve bla bla... ¿son una puñetera patraña?, pues se ve que si. En fin, nadie te respeta si no te haces respetar, es ley natural.